Uno de los amaneces que recordaré en mi vida fue ver ese paisaje, recién levantado , cansado, y ver que mi desayuno estaba en este entorno natural de la Sierra Maestra. Por un momento dudé si era real o todavía estaba soñando pero os aseguro que el estar desayunando esa deliciosa fruta, con la tortilla y viendo ese paisaje con el sonido del agua fue, simplemente, mágico.
Pronto nos reunieron y allí conocí a los dos alemanes, una pareja simpática, ella sabía algo de español pero él nada, no llegaban a los 25 años y …don nacionales calzados con una especie de imitación a ¡“converse All Star”! y con ¡esterilla y tienda de campaña!!. Yo no daba crédito, estaban ilusionadísimos, eran dos amigos que acababan de terminar el instituto y que tenían en mente esta ascensión como promesa.
Yo no dije nada pero viendo sus atuendos… me daba a mí que estos amigos no iban a llegar muy lejos.
Si algo tiene el Pico Turquino es su dureza, pero no por ser un pico alto , porque hay muchos repechos, muchas pendientes y descensos verticales que si le sumas el barro cuando llueve y el calor tropical puede resultar agobiante y extremadamente difícil. Por eso te recomiendan 4 litros de agua como mínimo. Yo solo llevaba dos botellas de 33cl. confiando en mi destreza en la montaña puesto que apenas bebo agua cuando hago senderismo, solo me refresco las vías sanguíneas como mucho. Solo al final bebo más . Pero aún así…es una negligencia porque la montaña siempre te sorprende, es como el mar, hay que tenerle respeto y estar física y mentalmente muy preparado.
Viendo que se hacía en dos días pensé que el ritmo iba a ser tranquilo, total son 20 kms que por la sierra de Madrid te haces en un día. Y lo hubiese hecho porque a estas alturas del viaje me encontraba muy , pero que muy ligero de peso y físicamente como un toro pero no puedes andar solo por los caminos cubanos y obligatoriamente tienes que contratar guía. Dicen que por nuestra seguridad pero es para que todo el turismo esté controlado en sitios tan inhóspitos.
Y efectivamente, mis predicciones se cumplieron. Los nacionales no están hechos para andar, y a los dos kms de haber superado las grandes rampas del principio los dos amigos se pararon. Diez minutos más tarde nos tuvimos que dar la vuelta para ver dónde estaban, el grupo tenía que estar junto. Al llegar dónde estaban descansando vimos que uno de ellos estaba pálido, a mi casi me entra la risa porque parecía que se ahogaba al mismo tiempo que comía galletas y sacaba latas de esa pesada mochila que llevaba. Pero..¿qué demonios llevaban ahí? Galletas, latas en conserva, dos kilos de gusanillos… Me recordaba a la Peli “Un paseo por el bosque” donde describe en su libro Bill Bryson con qué empezó en su mochila su amigo tosco Katz y como acabó, jajaj.
Cuando le pregunté..¿ pero “Muxaxoooo” has subido alguna vez una montaña? ¿has coronado un pico? la respuesta estaba clara. Le ofrecí mis gominolas sin gluten que me quedaban y una botella de agua que agarró como si se estuviese muriendo. Solo me quedaría una botella y sin azúcar que llevarme a la boca en caso de necesidad y todo para nada, un kilómetro más tarde se dieron la vuelta, a ese paso llegaríamos de noche a la Aguada Joaquín, que es el refugio que hay antes de partir hacia el pico y el descenso hasta Las Cuevas. Afortunadamente se dieron la vuelta y pudimos llegar tarde pero llegar, entre la lluvia, a nuestro destino.
La Aguada Joaquín es un lugar sencillo, con múltiples literas y un techo donde te sirven la cena y desayuno sencillo más agua, ideal para descansar. Esa noche estábamos solos, podíamos elegir.