Cuba. Día 7: Trinidad. Playa Ancón

Después de la paliza de Topes este día no madrugué, desayunaría a la hora que me levantase, sin prisas, pero que si era temprano saldría y haría tiempo. Y así fue, me desperté temprano, Rita me hizo el desayuno rico en jugos y además el encargo del día anterior. Ir al mercado a por dos mangos que en un tupir sería mi comida en la Playa de Ancón que es donde me tiraría el día completo.

La playa de Ancón está a 13 kilómetros y se puede ir en bici porque es un terreno llano y una carretera ancha sin pérdida. Al llegar cerca del Hotel Ancón dejas la bici y te la guardan por 1CUC todo el día.

Recién desayunado salí en busca de un libro, escasos en Trinidad, un libro que me permitiese disfrutar de mi soledad porque las guías que me llevé ya estaban releídas.

Una vez más, me dejé recomendar, pedí un libro que hablase de la vida cotidiana de Cuba, de cómo es el día a día. la señora se fue a la trastienda y me entregó  “Animal tropical” un libro erótico y convulso que no estaba en el escaparate. La cosa iba de animales ¿ qué cara me vería la librera? Si yo solo he venido a conocer la Cuba salvaje como primer contacto.

Por 2CUC merece la pena pero por la sombrilla sobretodo

Libro recomendado de lectura

Y así pasé mi día, entre música, lectura y baños en aguas cristalinas para recuperar las ampollas de los pies,  alejado de las playas masivas y los cayos turísticos, bebiendo coco. Solo tengo un par de preguntas que hacerme antes de regresar a Trinidad: ¿ por qué los cubanos no tiran las latas de cerveza a la papelera y cuidan un poco más su entorno? y la segunda: ¿ por qué no respetan los sitios naturales y  sustituyen los sonidos de la naturaleza, el canto de sus innumerables pájaros, el agua de los ríos …por música regatón ? Bueno, son solo preguntas al aire pero es una pena que no cuiden un poco más su entorno.

Ya había descansado bastante, paseíto por la noche cubana para cenar y acostarse pronto que mañana madrugaría para volver a subir a Topes.

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