Saliendo de madrugada y con 17 horas de trayecto poco se puede hacer este día, simplemente había pensado en salir a pie desde la terminal de autobuses al conocerme el camino y buscara un lugar donde alojarme las últimas dos noches en Cuba.
El viaje no se hizo pesado, un par de paradas en Ciego de Ávila y Santa Clara, dos ciudades de interior que no había visitado pero que son altamente recomendables en un próximo viaje.
Al llegar a la terminal recorrí la ciudad para ver el monumento a José Martí y algunas fotografías de la plaza de la revolución.
Esta vez me iba a hospedar en Cerro, cerca de Habana Centro y lejos de La Habana Vieja, para pasear por calles diferentes y ver la otra parte del Malecón y las zonas de Vedado y Ciudad de La Habana.
Me hospedé en la calle Oquendo 311, en La Bilbainita y, aunque el primer contacto fue un tanto hostil por parte de su dueño por la diferencia en la negociación de la habitación, su mujer Maida le convenció.( era del Athletic de Bilbao y yo de la Real Sociedad), jajaja. Esa misma tarde noche salí a pasear pero sin cámara, estaba cansado del viaje y de la caminata hasta allí.
